HISTORIA
Cuentan los abuelos en 1811 de la familia Paniagua: codo a codo con la verraquera “paisa”, un solar y varios arboles sombríos mandaron a Marco Antonio Paniagua a manejar tejidos de hilo a coltejer y Fabricato: sin calzado y una yegua vieja para su transporte de bello a la ciudad de Medellín no le sirvió.
No fue a una fiesta cortejaríana en los últimos pisos de la torre de coltejer y a cambio propuso abrir su embaldosada casa en barro; en el barrio madera de bello para servir un apetitoso plato de frisoles con aguardiente al no menos industrial e inversionista Carlos Ardila Lule y a sus más inmediatos hombres de la junta directivas de coltejer.
60 años sin interrupción fueron invertidos por Marco Antonio Paniagua al servicio de la empresa más grande de tejidos en América latina, manipulando estrategias, lanzaderas, hilos y dirigiendo expertas obreras legitimando su experiencia de tejido, Marco Antonio celebro sus primeros 25 años cuando no fue a su trabajo y espero a que 35 obreros y compañeros le llevaron a su casa una brillante placa en oro fundida por ellos mismos.
Humilde como lo fue su residencia, la misma que se conserva con todos los “beretrejos” de los años y que su descendencia amplio como un sagrado museo a la familia y a la ciudad Bellanita, testimonio de gran batalla liberada en honor al trabajo, de él y de su familia, rindió honor a sus progenitores, tíos y abuelos y los mismos que dedico SU GRAN MEDALLA “CRUZ DE BOYACA” en el día que un presidente de la republica se trasladaba a la cuidad de Medellín para su condecoración. “Cruz de Boyacá” cerca al corazón de un país aguerrido y de una gran Familia aferrada a su historia con mucho amor y unas empresas textileras que guardan su nombre en cofres admirables de la historia, el clero y el municipio de bello, conjuntamente con sus autoridades saludan a la familia Paniagua como parte del progreso Bellanita, la solidaridad y su pasión.
UN MONTAÑERO CONDECORADO CON LA CRUZ DE BOYACA
La Cruz de Boyacá esta en el barrio la madera, en el municipio de bello, al norte de Medellín. En una casa de paja, la cruz es dorada y azul y la gente del barrio va todos los días a tocarla.
“Se me va poner negra si la cosa sigue así” dice don marco Paniagua, el dueño de la cruz.
AHORA ES UN ORGULLO
El rancho de paja de la familia Paniagua se ha convertido en un referente histórico y cultural del barrio la madera de bello, del cual el metro rescato parte de su identidad al llamar a si una de sus estaciones. Pero más allá de su valor patrimonial, están el sentimental y el orgullo que a sus moradores les ha posibilitado mantener viva una insigne tradición.
HISTORIA DE 1.811
Un día en una fiesta de colonos, los esclavos Silverio y Lorenza se conocen y luego se casan, el 3 de agosto de 1811. Como regalo de boda reciben de sus manos, los apellidos, un terreno, un Cristo y la libertad, de esta manera, se conforma el tronco genealógico, Paniagua meza, que hoy conservan la tradición y herencia de este humilde pareja por cinco generaciones.
60 AÑOS SIN INTERRUPCION
UNA FAMILIA CON MADERA
La segunda generación encabezada de Pedro Telmo Paniagua casado con dolores escobar, y sus hijos, la tercera generación, se dedican los hombres a la arriería y las mujeres al oficio de lavanderas en el rio Medellín. Posteriormente, la familia se dedica al oficio textil, en cabeza de marco Antonio Paniagua quien trabajo en la fábrica. De tejidos, el hato y en coltejer, quien recibe la cruz de Boyacá de manos del presidente Turbay, como el único trabajador en Colombia que laboro 60 años seguidos en, una misma empresa.
Marcos al no tener familia, acoge como hijo a Jorge, hijo de su primo hermano Ramón. Jorge Paniagua y su esposa María Stella Rincón educan sus ocho hijos con gran esfuerzo hasta hacerlos profesionales. Con la muerte de su esposo, María Stella deja el rancho y sus hijos deciden montar un negocio de comida con sabor a hogar, con un claro sentido: acatar el consejo de su abuelo Marcos de conservar la choza en su memoria. En 1999 empiezan con la tarea de adecuar la vivienda, que solo era un rancho y un solar, para convertirla en un gran restaurante como es hoy la quinta de mis abuelos, obra que estuvo a cargo del arquitecto Carlos Arturo Osorio. Lograr el objetivo no fue fácil, los hermanos Paniagua se endeudaron y dieron el todo por el todo, para hacer de su humilde vivienda todo un emporio familiar que hoy da cuenta del orgullo y el empuje que les permitió emprender la obra.
El interior del rancho, con más de dos centurias, se encuentra atiborrado de fotos familiares, de recuerdos anestesiados por el tiempo, de muebles, de cuadros, de artículos de prensa referentes a su historia; vitrolas, radios, escaparates y muchos más objetos cargados de gran valor sentimental, heredados de generación en generación.
Después de pasar la sala sigue un estrecho corredor y a la derecha está el oratorio.
Después de pasar la sala sigue un estrecho corredor y a la derecha está el oratorio.
Guillermo león Acevedo Z.
Director-Editor
Bibliografia
En Bello Gente Buena, Alcaldía Municipal
Biblioteca Marco Fidel Zuarez